Están diseñados con un sistema de acople de leva y ranura, lo que permite una conexión rápida y sencilla. Están fabricados con materiales resistentes, como acero inoxidable, aluminio o latón, que brindan durabilidad y resistencia a la corrosión.
Los tipos más comunes son el tipo A, B, C, D, E, F y DP, cada uno con una configuración específica de levas y ranuras que determinan su compatibilidad con otros racores.